Después de descansar un poco y con la respiración más libre, Bolívar, con cierta solemnidad que no olvidaré jamás, se puso en pie, y como si estuviese solo, miró a todos los puntos del horizonte y al través de los amarillos rayos del sol poniente pasó su mirada escrutadora, fija y brillante sobre los puntos principales que alcanzábamos a dominar.
hola te quería decir que me importa la información pero no tienes ninguno, y ademas es que estas leyendo ahora no cuenta como comentario. Solo estoy diciendo lo que pienso.
ResponderEliminarPerdón si te ofendí PERR*